Lezama Meneses Karla Andrea
El concepto de belleza en la
historia del arte ha sido muy cambiante, siendo diferente según el período o
corriente artística vigente.
Esta concepción imperante se
personificaba en las diferente Venus representativas de cada época o
movimiento, la “belleza” que inspiran se ajusta al canon de dicha etapa y las
mujeres se han tenido que ir adaptando a
dicho canon reinante de la época que les ha tocado vivir y han tenido que
acomodarse al concepto de belleza dominante para ser aceptadas y valoradas por
la sociedad.
En la antigua Grecia no se
poseía una auténtica teoría de la
belleza, fue a partir del siglo V a.C. cuando los sofistas comenzaron a definir
la belleza como algo que resulta agradable y satisface los sentidos: la vista y
el oído, y se separa del concepto de justicia, lo bello no tiene porque ser
“bueno”. La propia palabra que empleaban para definir la belleza “kalón” lo
concreta claramente, “kalón es lo que gusta, lo que suscita admiración y atrae
la mirada. El objeto bello lo es en virtud de su forma, que satisface los
sentidos, especialmente la vista y el oído”
Este concepto de belleza
como conservación de las medidas y las proporciones ordenadas es mantenido por
los filósofos Platón y Aristóteles y
permanece durante toda la Antigüedad. Así Aristóteles en su Poética 145 la
expone: “Como lo bello, sea viviente o sea una cosa cualquiera compuesta de
partes, no sólo supone que tenga ordenadas tales partes, sino también un tamaño
que no debe ser casual, pues lo bello está en el tamaño y el orden…”
En la Edad Media, como
consecuencia de la intervención del Cristianismo, la belleza dependía de la
acción de Dios. La “iluminación” de Dios está presente en la belleza. No
obstante se siguen considerando el aspecto de las proporciones ideales a la
hora de hablar de belleza, así Santo Tomás de Aquino define la belleza como
“esplendor de la forma” y defiende que a “la razón de belleza y decoro concurre
la claridad y la debida proporción. La belleza del cuerpo consiste en
proporción adecuada de los miembros en el hombre, unida a cierta claridad del
color.”
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