Estándar de belleza Griego: "el cuerpo masculino"
El más popular canon de belleza griego del cuerpo masculino es el del canon de Policleto de Argos, en el que la altura del ser humano es iguala a siete veces la altura de su cabeza. Policleto, preocupado por conseguir unas proporciones ideales del cuerpo humano masculino, basadas en las matematicas, plasma su teoría en el "Doríforo", atleta desnudo que porta una lanza, que quizás fuese Aquiles.
Para los griegos la belleza se basaban en cálculos matemáticos, medidas proporcionadas y cuidado por la simetría. Las esculturas realizadas tenían un especial reflejo que para los griegos era bello.
Tanto la belleza masculina como la femenina se basaban en la simetría y en la proporción de sus cuerpos.
El ideal masculino estaba basado directamente en los atletas y gimnastas ya que a atletas y a dioses se les daban cualidades comunes: equilibrio, voluntad, valor, control, belleza.
Lonardo Davinci a dedicó buena parte de su Tratado de pintura a expresar las proporciones más armónicas entre todas las partes del cuerpo con el "hombre de Vitruvio". En el cual, el ombligo era el punto central natural del cuerpo humano y el centro de la circunferencia y del cuadrado en el que se inscribe el cuerpo del hombre extendido. En ese dibujo representa las proporciones que podían establecerse en el cuerpo humano. Esta proporción refleja la máxima belleza y perfección, es decir la belleza divina. El rectángulo asociado se denomina áureo. Para Leonardo, el hombre era el modelo del universo.
La característica del cuerpo masculino es que tenían cabellos largos y relucientes, las cejas pobladas y marcadas, una mandíbula fuerte, unos pectorales anchos, cintura estrecha, muslos potentes y labios congelados en una eterna sonrisa de satisfacción, siempre tenían un equilibrio espiritual; no representaban ningún tipo de emoción, esfuerzo o pasión, todo era serenidad y equilibrio. Generalmente siempre eran figuras jóvenes.
La postura que tenían las esculturas con una métrica perfecta para los griegos era el desnivel de la línea de la cadera haciendo que el peso caiga sobre una pierna mientras la otra se flexiona. Del mismo modo un brazo estaba flexionado. Los músculos tensos y relajados.
Se creía que a través de la representación del hombre perfecto se podían transmitir valores ideales: La perfección en el pensamiento, el espíritu y las acciones.
Los griegos relacionaban mucho al cuerpo masculino con los Juegos Olímpicos, la estatua del Discóbolo fue una que refleja la belleza de un atleta triunfador, en esta estatua se plasma al atleta tomando el impulso para lanzar el disco. Tenía la cara vuelta "encorvado en la postura de quien se prepara a lanzar, vuelto hacia la mano que sostiene el disco y doblando un poco la otra rodilla, como dispuesto a levantarse y lanzar". En esta estatua se perfecciono la belleza desde otro punto, desde uno más deportivo en el que el rostro del atleta ya expresaba una emoción, ya no tiene un rostro tranquilo y sereno.
En el renacimiento, la belleza masculina se representa con el David de Miguel Ángel y la femenina con el nacimiento de Venus de Sandio Botticelli.
En el periodo helenístico, el arte griego se acerca más a los hombres, a lo cotidiano, y se aleja de los modelos divinos y de los triunfadores. Se comienza a plasmar la verdadera realidad como la vejez, ira, lujuria o la muerte, de esta forma comienza a existir más temas y estilos de representación.
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